¿Muffin? ¿Eso qué es? Esto parece una magdalena. ¿O es un cupcake? Aunque no lo creas, son tres cosas distintas, con recetas que tienen poco que ver. Para diferenciarlos, tienes que saber que los cupcakes van siempre cubiertos de alguna crema o frosting; las magdalenas son bollos dulces y esponjosos, caracterizados por tener copete; mientras que los muffins, que pueden ser dulces o salados, son unos pastelillos densos que suelen llevar trozos de frutas, frutos secos, chocolate, verduras, etc. en su masa, y son planitos porque apenas se baten, para evitar que aparezcan burbujas en su interior.


Aclarado el asunto, te diré que los muffins pueden ser un ladrillo o una delicia, como estos, que en su interior no llevan solo arándanos y frambuesas, sino también queso crema, en concreto el de Naturarla, que me enviaron para probar. Lo mejor es que, además del queso de untar 'normal', tienen una riquísima versión sin lactosa, perfecta para intolerantes.


En el desayuno, en la merienda o para darte un capricho. Estos muffins de frutas y queso son perfectos para cualquier ocasión. En invierno, acompáñalos de un té, un chocolate caliente o una taza de leche. En verano, con un zumo recién exprimido, un batido o una bola de helado te sabrán a gloria.


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Ingredientes (para unos 12 muffins):
300 gramos de harina
10 gramos de levadura
Una pizca de sal
60 gramos de azúcar
1 huevo
180 gramos de leche
60 gramos de mantequilla o aceite de girasol
120 gramos de queso crema
24 arándanos
24 frambuesas
Azúcar glacé para espolvorear

Elaboración:
Prepara una bandeja de cupcakes con moldes de papel (o prepara moldes de silicona, si lo prefieres). Pon en un cuenco la harina, la sal y la levadura y tamiza. Incorpora el azúcar y mezcla bien. Reserva.


En el bol de la amasadora (o el cuenco que uses para batir), pon el huevo, la leche y el aceite. Bate hasta obtener una mezcla homogénea y vierte, poco a poco, sobre la mezcla del cuenco donde estaba la harina. Bate lo justo para que quede todo integrado.


Precalienta el horno a 190 grados. Pon una cucharada de masa en cada papelito, a continuación, una cucharadita de queso en el centro de cada cupcake. Sobre el queso, una frambuesa y un arándano. Y, por último, una cucharada más de masa, suficiente para cubrirlo todo. Decora con otra frambuesa y otro arándano, presionando para introducir un poquito en la masa. Hornea unos 20 minutos. Sabremos que están cuando se empiecen a dorar y, al pinchar con una brocheta en el centro, salga limpia.


Saca del horno y pasa los muffins a una rejilla para que se enfríen. Por último, espolvorea con azúcar glacé.


Trucos y consejos:

→ Puedes usar frambuesas congeladas, cambiar alguna de las frutas, poner trozos de chocolate o frutos secos, etc.

→ La masa es muy espesa, porque esto no son cupcakes, ni magdalenas. Los muffins son un tipo de bizcocho más denso.

→ Si quedan demasiado blancos (como los míos) y quieres dorarlos, pon el grill del horno durante 1-2 minutos, vigilando para que no se quemen.

→ Espolvorea el azúcar glacé con ayuda de un colador o tamiz para que no queden pegotes.


Gracias por leerme,